De niña una de las cosas que me salvó fue ser una soñadora, el soñar con que todo
mejoraría.
De adolescente eso me hizo poder ver con esperanza el futuro y sin ser consciente
poder creerlo, lo hizo posible de algún modo, aunque por supuesto, también hice todo lo
que estaba en mi mano para que así fuera, de joven me di cuenta de que muchos de
mis sueños estaban influenciados por una idea de amor romántico que no se
correspondía con la realidad .
Esa idea ha hecho mucho daño. Descubrir que el príncipe azul desteñía, que la media
naranja era medio limón, amargo en ocasiones y que te sentías incompleta sin pareja
por qué te habían contado un cuento de lo que debía ser el amor .
Era la típica historia de las películas de los 80 de amor chica encuentra chico, él perfecto
príncipe azul la salva y la completa, final feliz para el cuento.
Cuando a mí no me gusta ser princesa, ni comer perdices .
Deje de soñar con el otro para soñar con la clase de mujer que quería ser y perseguir mi
sueño sin cesar, creando vínculos de amistad, teniendo vida social,
formarme en lo que me gustaba y trabajar en lo que me llenaba, esas cosas fueron
llegando, no son esfuerzo .
Claro que el amor llegó y de qué manera …Me costó reconocerlo porque el miedo me
frenaba, las experiencias anteriores no ayudaron supongo, y no quería renunciar a ser
la mujer que deseaba ser para sentir y quizá sufrir .
Era una gran soñadora y sigo soñando con cosas muy diferentes, con nuevos retos y
además de soñar, le pongo acción a las cosas para que puedan convertirse en realidad.
Muy joven aprendí que las cosas buenas para que sucedan hay que poner esfuerzo,
trabajo y apostar por ello, siempre disfrutando del camino, para que realmente merezca
la pena, ya que lo importante no es adonde vas, sino disfrutar del trayecto; no es lo que
haces sino cómo lo haces .
Cuando pones todo tú amor en lo que haces siembras para los demás y para ti tarde o
temprano se recoge la cosecha .
Cuando trabajas con personas, la vocación es imprescindible, lo he vivido a los dos
lados de la vida y doy las gracias a esa gente que me he encontrado y se han mostrado
empáticos y vocacionales porque marcaron la diferencia y me inspiraron .
Los sueños se cumplen si, si los trabajas, y los haces posibles.
Pase de una niña soñadora a una joven que necesitó dejar de soñar para construir una
realidad, partiendo de mi, y no con ideas socialmente prefabricadas, con el tiempo volví
a sentir la necesidad de soñar, solo que había aprendido que había que cerciorarse de
que eso que deseabas te podía hace feliz realmente y no perseguir algo inalcanzable.
La idea del amor que había alimentado desde niña y el deseo de entrar en la belleza
normativa, era algo impuesto por lo que nos vende la sociedad y que no tiene mucho
que ver con la realidad y puede ser frustrante.
Cuando empiezas a trazar tus metas teniendo en cuenta tus verdaderas creencias,
valores, y deseos al ser coherente con todo ello si que disfrutas de lo que vas logrando.
Que bueno llegar a mi edad y darte cuenta que todas las experiencias te han convertido
en la persona que eres, que si volvieras a nacer volverías a hacer el mismo camino por
qué no hay errores sino aprendizajes .
En ocasiones había que empeñarse para llegar donde querías llevar aunque te dijeran “
Tu no puedes” y en otras ocasiones hubo que aceptar que era cierto ,y que no todo vale
a cualquier precio o simplemente había cosas que no eran para mí.
Ahora no echo de menos que las cosas hubieran sido de otra manera .
Aprendí que la vida comienza cada mañana, cada día es una nueva oportunidad de
vivir, amar y ponerte nuevas metas, que me quedan tantas cosas por hacer, tantos
sueños que cumplir y caminos que tomar para seguir aprendiendo y creciendo que me
ilusiona cada paso .
Ahora inmersa en muchos proyectos me doy cuenta que todo es posible y lo mejor es el
deseo de dejar un impacto positivo en la sociedad a la vez que hago lo que me gusta .
¿Y tú con qué sueñas ?¿Has pensado qué impacto puede tener eso en tu entorno?
¿Crees que hay alguna manera de lograr tus sueños y a la vez hacer feliz a otras
personas?
Eso es vocación y da igual a lo que te dediques, si lo haces con cariño, serás bueno en
lo tuyo .
Y si te rodeas de un gran equipo humano el camino será más gratificante, por poder
hacer lo que te gusta con gente que tiene la misma filosofía de vida y con la que
compartes inquietudes y valores.
Eso sí que es un valor añadido al trabajo que hacemos cada día, poder colaborar con
personas de las que aprender y con las que creces al hacerlo .
Eso es lo que yo he encontrado en Proaktiboa.
Si mis palabras te inspiran de alguna manera quizá pueda pasarte por aquí, se ofrecen
experiencias gratificantes para tu cuerpo, mente y alma; desde el coaching donde te
puedo acompañar hasta masajes, yoga, cuentacuentos, charlas, talleres y un espacio de coworking en
el que además de trabajar en el mejor ambiente, conoces a otros profesionales que se
ayudan entre ellos a dar lo mejor .
Mari Mar Gómez Integradora Social y Coach