A veces el silencio pesa más que las palabras. Hoy, tres mujeres —Alejandra, Mari Mar Gómez y yo— compartimos nuestras historias en Diario EL PAÍS
Tres voces diferentes que se cruzan en una misma realidad: la de quienes, por tener una diversidad funcional, sienten que deben esconder parte de sí para poder trabajar.
Lo triste es que no hablamos del pasado. En 2025 aún hay personas que no son vistas por lo que pueden aportar, sino por lo que otros creen que no podrán hacer.
Contar estas historias no busca compasión. Busca conciencia. Mientras haya personas que tengan que ocultar parte de quiénes son para poder trabajar, la inclusión seguirá siendo una tarea pendiente.
Seguiremos recordando que las diferencias no restan, suman. Y que cuando la mirada cambia, todo empieza a transformarse.
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